Trajiste una parvada de cometas en la pulsera de las olas

Trajiste el perfil sediento y la sombra excitada como un demonio.
Trajiste la espiral de la angustia goteando su silueta de caracol por la
aguja.
El halo de la lluvia giraba en círculos sobre mi cabeza.
Y te llevaste mis cenizas en la efervescencia de tu nariz.
Imágenes : E. Schiele, V Lyapkalo