
Esa noche con su velo a tus espaldas
vinieron a desovar tus hormigas.
Míralas, marabuntas mordiéndome,
haciéndome muescas,
moliéndome muslos y muñones.
Míralas macerándome, mustias, como muertas.
Mírame con un molcajete
haciendo nieve tus huesos
mientras caen las columnas
y se esparce el silencio.
Mírate, así, recostada en mi frente
mientras iluminas otro lecho

Publicado en su versión original en «Sonata» [I], Derroteros del alba, Premio Internacional de Poesía «Gilberto Owen Estrada» 2006, Toluca:UAEMéx, 2007