I
¿Vienes a sembrar trigo debajo de mi oreja? ¿A que te lave los pies después de haber hollado mis sueños toda la madrugada? ¿Vienes o me obligarás a hacerte venir?
Por fin vienes presa de ropa y anuncias el cataclismo en la boca de sus relámpagos.
Cierras las persianas. Vienes encendida como un demonio, vestida de cordero a la boca del lobo y traes un enjambre de abejas en los ojos
II
Vienes a ofrecerme el mar en el caracol de tu vientre. A quitarme el aliento escondido en mi manzana de Adán,
¿quieres que incluya las grietas para armar el rompecabezas de tu corazón?
Si vienes cansada del trabajo, te zurciré los huecos con jirones de mi piel. Si vienes a beber de mi sangre, te romperé los botones de tu blusa
¿te lo pido por favor?
Voy a embriagarme del cuenco de tu ombligo,hasta ponerme las auroras boreales de tu piel en las puntas de mis dedos y malabarear la noche con sus sombras de testigo
Despojémonos los huesos que te quiero roer los dientes
Ven, rápido, que tengo ganas de amordazarte, para arrullarte de rocío
III
¿Vienes retrasada por el tránsito de Venus? Te espero, reventandóme los dientes.
Vienes vestida con un claro de luna que te hace brillar como un lago encantado. Y yo, que me ahogo en un vaso de agua, tendré que raptarte con una cuadrilla de hipocampos blancos desbocados de burbujas
¿Vienes o mando una parvada de cernícalos por ti?
Usa mi corazón para tirar los dardos, ¿o es que traes la muerte colgando en tus aretes?
Cruza el puente colgante entre mis pulmones, ¿o es que te dan miedo las alturas?, Ven, aquí tengo música para volar
¿Vienes a quemar mis cartas de viejos amores, mis poemas? ¿O sólo traes la memoria ardiendo? Exhuma el tesoro al final del arco iris que me erizas en el estertor,
¿o tengo que invitarte el café, el cine, la cena?
Vienes a darme mis medicinas, ¿o sólo sospecho que me acechan los murmullos de las enfermeras?
IV
Si vienes a mis zarpas, prepárate para sólo usar una corbata. Siempre preferí el vértigo de los columpios y su eco nocturno. Como el mar de fondo
espera a que subas a la cresta de las olas,
espera el estallido de la espuma
¿Vienes a rescatarme de mis pesadillas? O mejor disfruto del lobo insomnio contando las orlas de las ovejas…
Ven a calmar las jaurías de mariposas y su nube de colibríes de arpías de avispas
Pero no llegas,
te quedas allá,
como estatua con la frente labrada de nombres y hojas secas.
No vienes por mí.
Por eso vengo a verte y dejarte flores, mi vida.