De perfil y arrastras con el equinoccio
las lenguas lívidas del aire
erizaron las astillas incandescentes del incendio,
quebradas también por el alud cenizo del viento,
que nos cubrió con las mortajas del humo,
que abrió azafranadas grietas de sangre de sol
que sacudió los pliegues profundos de la tierra
que irrumpió con su hollinada vorágine espiral de mar
la cuna de brisa de las palmeras y malecones
que abrió la entraña grotesca y hedionda en el hueco abierto y sarnosos de las muelas de la muerte
en cuya cumbre de lumbre
en cuyo fondo ennegrecido tizna de perfil el rostro de la humanidad
Hebert, leo y releo tu poema de abajo para arriba (me gusta mucho hacer este ejercicio con la poesía) y me quedo «de perfil y arrastras», «en las azafranadas grietas de sangre de sol». Un abrazo. Celeste.
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orale qué ejericio tan particular (lo aplicaré) Gracias por la lectura Celes
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Gracias!
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