EL HOMBRE DE HOJALATA
Desde que le pusieron el marcapasos, se le acabaron las corazonadas

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En mi corazón: nada, dice mientras enseña el vacío
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El corazón tiene razones que el marcapasos no entiende
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Para darte mi corazón necesito un abrelatas
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ROMÁNTICA
El doctor Frankenstein falló. Sopló al corazón equivocado y me dio vida. Yo, soy el verdadero hombre de hojalata
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COQUETERÍA
Mi corazón se va con la primera que me guiña el ojo. Por eso sé que late todavía, en algún lado. Me lo dice el GPS
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«Qué lata da ese hombre», dijo el cantinero, mientras le servía de una vez pa´todo el año

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A mis 85 ya hasta el corazón se me oxidó, dijo mi abuelo tirado en la plancha del quirófano. De la vida me queda pura hojalata
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El mal de amor le da otra vuleta de tuerca al Hombre de Hojalata. Hasta acá se oye cómo rechina
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El Hombre de Hojalata se puso el hueso de un aguacate por corazón. Igual se le puso negro
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En la piedra de sacrificios, el Espantapájaros ofrecía al Mago de Oz el corazón, chorreando aceite, del Hombre de Hojalata
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El Hombre de Hojalata suspira todavía por Dorothy. La culpa le dice, le acusa: esturpo. Ella: infección de tétanos
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El Hombre de Hojalata se fundió en un abrazo con Robotina. Los testigos no sabían si era un espectáculo pornográfico o fúnebre.
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Fue Gepetto quien finalmente adoptó al Hombre de Hojalata
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Pero este tonto corazón, no te olvida, canta el Hombre de Hojalata oxidánsoe en el asilo
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Enojado, el Hombre de Hojalata recriminaba a su demiurgo mientras encendía la pira… «hasta las alcachofas tienen corazón»
Fragmentos del capítulo «Hombre de Hojalata», publicados originarlmente en twitter como tuiteratura, recopilados después en el libro Eco de un ave que estalla, Diablura Ediciones: Toluca, 2020