
Llevame al tango que se ondula por los pliegues y los ecos con los que horma la sombra tu cuerpo, ligero como pluma que se bambolea en los vaivenes del silencio, tensado por la mirada erizada que tienen las puntas de mis dedos y mi lenguas en su ofidio tactar la suave profecía del peso de tu figura, tendida silueta de flecha de incógnita trayectoria.
en la sincronía de mi sangre palpita un colibrí hambriento un caballito del Diablo del deseo que libelulea su ingrávida caricia de zarpas atrevidas subterráneas casi secretas en la delicadeza ritual del tango inédito al que te incito
al que te gime el bandoneón del monstruo escondido entre mis costillas y su hálito de fiera enardecida y rabiosa

y no puedo esconder la aguda ansiedad de mi mordida por habitarte
hasta asfixiarme la lengua con tus huesos
e incendiarte con el aguijón del sentido del pecado que abejea su disparo y su órbita de hogueras que palpitan por los pliegues del fuego
al ritmo del tango que tengo repitiendo su eco remolineándome el caracol de la oreja con el enjambre de tu nombre por los pliegues de la expectativa.

Imágenes tomadas de internet