Llueves por las hondonadas de luz
y el día te humedece de brisa

por los senderos por las grietas
por las ramas hechas trizas
Llueves boreales auroras
por las noches, cometas
y en las enardecidas piedras
esparcida, basáltica, granizas.
Y fluyes vertiginosa, esplendente
al rápido destello de sangre
te tiendes, te irisas
te esparces, así, lentamente
deshielas mi frente, la habitas
la pueblas de asombros
por los abismo del sueño
por los temores del frío
por el estallido de plomo
y el paisaje desierto
de la calle recién incendiada

Y te diseminas de olas
por los pliegues de mi epidermis
por la llanura del iris, te desmoronas
y tus pezones deslizas
por encima del horizonte
por la rampa de mis fervores
por la fiebre en la cornisa
de un salto al vacío
Llueves por todas las paredes
por los siglos del firmamento
que se me cae a pedazos

que estalla en cristales de luz
y se estrella de constelaciones
como los coágulos del pecho
tras astillas de mis huesos
Llueves por las noches y abrevo
del sueño como ciervo
subo la mirada y en cierne
evito el acecho
que en mi lecho pone la muerte
Pero de la fuente bebo y el día me sorprende
Fotos: tomadas de internet, libres de derechos