
I
Germinan astillas de mis dedos
que se tejen, se nutren, se sacian
de lluvia de araña.
Penden pacientes,
como cristalinas espadas.
Su telaraña de ansia
teje tu aroma,
inmóvil ya, parodia la quietud,
que reposa a media luna.

III
Posada sobre la flor
pareces libélula.
Un amplio arco iris de zánganos
te lleva a tomar la llave
abrir la puerta
y preguntar la hora.
Pareces una oruga
aquí
recostada.

Versiones originales publicadas en Derroteros del alba, (2007), Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca