
crisis de cristales y sus esquirlas y sus dientes estrellados como melladas costras en la columna vertebral, dijeron en el diagnóstico
la convulsión malaria precipita su estrépito por el polvo en mis ojos y el otoño de mis ramajes nervales
hay un desdén de lluvia
en mis manos desiertas
llagadas, erosionadas, que no pueden asir siquiera el bastón

hay una locura en mis manos fangosas que palpitan por sí solas, como habitadas por duendes imprevistos
bacterias, virus, larvas que explotan sus manglares sanguíneos por las capilares redes de mi piel
repletos de algas estallan sus acidos sulfúricos
es incinerado el pedestal de mis piernas columna de humo
ya no hay luz en mis labios ni fuego en mis ojos

soy una pizca de mis ancestros,
una larva mal anochecida
que ha perdido,
su aguijón
versión original publicada en Asedio de la sombra [La hoja murmurante], Toluca: Instituto Mexiquense de Cultura- La tinta de alcatraz, 2007