Impresiones de Costa Rica. Monteverde


Nos adentramos en la noche bosque, tupido y frondoso como selva y oficialmente reserva forestal de bosque nublado. Era un viaje turístico con guía y con la promesa de ver animales libres in fraganti. Iba con mi esposa y ambos sufrimos de ese temor ancestral, un vértigo en el espíritu. La boca de la oscuridad nos había masticado el sosiego.

 

 

Aquí el texto:

 

 

Voy de tu mano como de la noche

con la angustia ancestral de la presa, estrepitosa y tremenda al derrumbarse a terremotos de  sospecha con el simple crujir de las hojas —como tumbas sin epitafio— tendidas por el bosque, en sus fauces de pantera como tarántula de sombras

 

Voy de tu mano a una mística

procesión nocturna

 

 

testigo indómito, incrédulo al acoso de las serpientes, tendida flecha pendiente, al estupor azul longino de la rana, venenosa en sus brillantes destellos.

Suspendida en hilos de luna, al vértigo insomne del equilibrio alado y sumergido en el sopor del sueño: el colibrí inmóvil, sin perfil

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el tucán ubicuo

 

el erizo, replegado e indefenso

 

el perezoso, costra de corteza arbórea

el ficus, carnívora boa vegetal, brazos mármoles vegetales de la asfixia

 

El asombro de nuestros diástoles intrigados, elevó una plegaria de vértigo. Arriba, en la punta de la rama, la gula del kinkaju detuvo el estallido vertical de nuestro aliento,

como un soplo de fuego, irisándose entre las ramas, mientras nos miramos aburrido de semejantes intrusos.

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Nota: Estaba prohibido llevar cámara y de poco habría servido.  Ninguna de las fotos son mías, todas son tomadas de internet

Estas fotos son de El Arenal

 

 

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